jueves, 27 de enero de 2011

MUDANZAS

Ha comenzado el año con cambios... que son siempre bienvenidos pues todo cambio trae consigo nuevos aprendizajes. El primero de los cambios ha sido de domicilio. Aunque ahora sigamos rodeados de un bosque de cajas (y ya sabemos que el desorden externo colabora al desorden interno, y viceversa) me siento muy feliz por ello. Nuestro nuevo lugar de residencia es más luminoso y más tranquilo, en un barrio más abierto, más luminoso y ventilado también (¿más frío?) y mucho más soleado. Esta tarde estuve por última vez en el anterior piso. Fui a recoger las últimas cosas que quedaban, apenas algún detalle, y a dejarlo bien limpito. Mientras barría las habitaciones me acordaba de mi sorpresa cuando, el último día de vacaciones, mi madre insistía en dejar bien limpia toda la casa. "¿para qué?", pensaba yo, "si para cuando volvamos, dentro de 11 meses, se habrá ensuciado muchísimo". Bueno, pues para dejarla limpia, para marcharte habiendo hecho el trabajo...
Terminada la limpieza, me quedé mirando el espacio. Me parecía casi imposible que entre esas cuatro paredes hayamos podido construir un hogar. Paredes desnudas ahora llenas de agujeros, de cicatrices, ¡¡de huellas de vida!!
Y entonces ocurrió uno de esos pequeños "milagros" cotidianos. Cerré los ojos, dejé de fijarme en los agujeros de la pared, en las ausencias que dejaron todas nuestras cosas ya fuera de allí... Y al cerrar los ojos, pude sentir todo el amor que todavía se respira en ese espacio vacío que conforma lo que llamamos hogar. Porque al final, una casa es el espacio vacío entre cuatro paredes y un techo...
Esa casa estaba llena de amor, de Amor. Todos los que han entrado en ella lo percibían. "qué bien se está aquí", decían, aun cuando las condiciones dejaban bastante que desear. Pude, en ese rato, sentir todas las presencias amorosas que nos acompañan, pude re-sentir tantos momentos mágicos, maravillosos, dolorosos, tantos miedos como bendiciones, (miento, más bendiciones que miedos) Y allí me quedé, cantando el Gayatri Mantra, agradeciendo todo lo vivido. Perdí la noción del tiempo. Al cabo del rato, volví en mí. Estaba tan llena de amor que me di cuenta que en el nuevo piso apenas entramos, descargamos las cosas y empezamos a  hacer agujeros en la pared para colocar el armario que nos permita ir deshaciendo el bosque de las cajas. Puse una foto del Maestro, encendí una velita, pero todavía no había "saludado" al nuevo lugar. No me había parado ni siquiera un instante para "presentarme" a las presencias que siempre habitan los lugares y agradecerles que los cuiden. Así que cerré los ojos para poder sentir mejor, y comencé a saludar... Y todo el amor del universo se unió a mi saludo. Y poco a poco estas cuatro paredes se empiezan a convertir en un nuevo hogar.
En los últimos 20 años no he estado más de 4 en el mismo lugar. Curioso para una tauro. No es una estrategia de vida, no es algo premeditado, simplemente ha ocurrido así.
Cada mudanza me ayuda a no acumular, a revisar lo que tengo y lo que necesito, a recordar momentos, regalos, ocasiones... Cada mudanza me ayuda a recordar que al final, estamos aquí solo de paso. Cuentan que en una ocasión un hombre rico fue a visitar a un gran maestro. Y al llegar a su casa vio que apenas tenía más que una mesita y un banco.Y le preguntó:
-¿dónde están sus muebles?
- ¿y dónde están los suyos?, le contestó el maestro
- yo no tengo, estoy aquí solo de paso.
Y el maestro contestó: "yo también"

jueves, 13 de enero de 2011

Taller Kundalini Yoga y la Energía

Empezamos el año haciendo el taller, esta vez en Mataró


Si quieres más información, pincha aquí

SÁBADO 15 ENERO 2011 -  de 9h a 14h. -  MÓDULO 1
SÁBADO 12 FEBRERO: - de 9h a 14h - MÓDULO 2
LUGAR: Centro AIRE DE LUZ   - C/ Sant Cugat nº 53 - Mataró
Plazas limitadas. Reservar plaza en el 665 089 601

También puedes ver vídeo en:
- módulo 1 : información
-modulo 2: emociones