miércoles, 23 de noviembre de 2011

ORACIÓN DE LA FABA - los caminos del Camino


Oración de La Faba

Aunque hubiera recorrido todos los caminos,
cruzado montañas y valles
desde Oriente hasta Occidente,
si no he descubierto la libertad de ser
yo mismo
no he llegado a ningún sitio.

Aunque hubiera compartido
todos mis bienes
con gentes de otra lengua y cultura,
hecho amistad con
peregrinos de mil senderos
o compartido albergue con santos y príncipes,
si no soy capaz de perdonar mañana a mi vecino,
no he llegado a ningún
sitio.

Aunque hubiera cargado mi mochila de principio a fin
y
esperado por cada peregrino necesitado de ánimo,
o cedido mi cama a quien
llegó después,
y regalado mi botellín de agua a cambio de nada,
si de
regreso a mi casa y mi trabajo no soy capaz
de crear fraternidad y poner
alegría, paz y unidad,
no he llegado a ningún sitio.

Aunque hubiera
tenido comida y agua cada día,
y disfrutado de techo y ducha todas las
noches,
o hubiera sido bien atendido de mis heridas,
si no he
descubierto en todo ello el amor de Dios,
no he llegado a ningún sitio.

Aunque hubiera visto todos los monumentos
y contemplado las mejores
puestas de sol;
Aunque hubiera aprendido un saludo en cada idioma,
o probado el agua limpia de todas las fuentes,
si no he descubierto quién es
autor de tanta belleza gratuita y de tanta paz
no he llegado a ningún sitio.

Si a partir de hoy no sigo caminando en tus caminos,
buscando
y viviendo según lo aprendido;
Si a partir de hoy no veo en cada persona,
amigo y enemigo, un compañero de camino;
Si a partir de hoy no reconozco
a Dios,
no he llegado a ningún sitio.

Autor: Fraydino



martes, 8 de noviembre de 2011

Aprenderás - William Shakespeare


Después de un tiempo aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad. 
Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos, ni promesas... 
Comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un adulto y no con la tristeza de un niño. 
Aceptarás que incluso las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas.
 Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma.. 
Descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla, y que tú también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de la vida... 
Aprenderás que las verdaderas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias. 
Y que no importa qué es lo que tienes, sino a quién tienes en la vida... que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir. 
Te darás cuenta de que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo haciendo cualquier cosa o nada, sólo por el placer de disfrutar de su compañía... 
Descubrirás que muchas veces te tomas a la ligera a las personas que más te importan. 
Aprenderás que no importa a donde llegaste, sino a donde te diriges y si no lo sabes, cualquier lugar sirve... 
Aprenderás que si no controlas tus actos, ellos te controlaran a ti y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuan delicada y frágil sea una situación: siempre existen dos lados. 
Aprenderás que la paciencia requiere mucha práctica. 
Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte. 
Madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de las experiencias, que con los años vividos. 
Aprenderás que hay mucho mas de tus padres en ti de lo que supones. 
Aprenderás que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes y sería una tragedia si lo creyese porque le estarás quitando la esperanza... 
Aprenderás que cuando sientes rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da el derecho de ser cruel.
 Descubrirás que sólo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero que no saben como demostrarlo. 
No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo... 
Aprenderás que con la misma severidad con que juzgas, también serás juzgado y en algún momento condenado. 
 Aprenderás que no importa en cuántos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregles. 
Entonces y sólo entonces, sabrás realmente lo que puedes soportar; que eres fuerte y que podrás ir mucho mas lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía más. 
Y es que realmente la vida vale cuando tienes el valor de enfrentarla.

William Shakespeare

martes, 18 de octubre de 2011

Dame tu amor cuando menos lo merezco...

"Dame tu amor cuando menos lo merezco, porque es cuando más lo necesito". Creo que es un refrán chino. Cuando menos, es un refrán sabio.


Estamos acostumbrados a REACCIONAR ante la realidad continuamente. Si nos sonríen, devolvemos una sonrisa. Si no nos sonríen, nos mantenemos serios. Si nos tratan amablemente, solemos ser también amables. Es como si nos adaptásemos al entorno. Así nos llegan los "inputs", así reaccionamos. Es una forma bastante inconsciente de manejarse por la vida. Pero, ¿qué pasa con las relaciones?? ¿qué pasa cuando alguien nos trata "mal"? Especialmente si es alguien a quien queremos, nos genera sufrimiento. Dependiendo del momento evolutivo en el que estemos, podemos reaccionar de distintas maneras.
Podemos pensar: "¿qué he hecho mal?"
Podemos pensar: "yo no me merezco que me trates así"
Incluso podemos pensar: "ha encontrado a otra persona, me va a dejar".
Pero también podríamos pensar "¿qué te ocurre?, ¿te sientes mal?".


Si soy de los que piensan "¿qué he hecho mal?", bueno, la inseguridad debe ser la clave de mi vida. Y un poquito de orgullo también, ¿no crees? Pensar que no soy suficientemente buena, suficientemente amorosa, eficiente,... suficientemente perfecta, y encima, esa es la causa de los males del mundo... No, por ahí no debe estar la respuesta.
El malestar de uno mismo no suele ser "culpa" de nadie más que de uno mismo. No me siento mal porque alguien dice o deja de decir, o hace o deja de hacer. Me siento mal por cómo interpreto eso que está ocurriendo. O simplemente porque algo dentro de mi me hace sentir mal. Y de la misma manera, el otro se siente mal porque algo dentro de él le hace sentirse mal. Yo soy solo la excusa para que él se de cuenta. No somos tan importantes como para ser la causa de casi nada....


Esto lo aprendí mientras daba clases en la ESO (enseñanza secundaria obligatoria). Quienes trabajan o conviven habitualmente con adolescentes saben que estar con ellos es estar ante la vida en estado puro. Muchas veces en el aula ellos manifiestan sus disgustos, su propio dolor existencial, sus problemas (o los problemas de sus padres!)... Y el profesor, ahí delante, es el espectador que observa y le espeja ese malestar. Pero no es que el alumno "quiere destrozarme la clase" como piensan algunos compañeros del gremio. El alumno sólo está expresando que se siente mal, que necesita apoyo, comprensión...


Y eso mismo que ocurre en las aulas, ocurre en todas las edades, en esa gran aula que es la vida. Las personas sufren, y expresan ese dolor y ese vacío como pueden. Y a veces la excusa es otra persona que se le pone por delante y que le espeja algo que no quiere o no puede aceptar.
¿Y qué es lo que más necesita ese adolescente que tenemos en el aula y que expresa continuamente su malestar generando conflicto?? Lo que más necesita es amor. Es consuelo, es comprensión. No necesita alguien que le castigue, que le haga sentir culpable, que le retroalimente su agresividad (o su pasividad). Necesita alguien que no le juzgue, que le acepte, que le respete, que le valore, que le de su pequeño minuto de gloria para que pueda sentir, tal vez por primera vez, que es importante para alguien, que es válido, que puede hacer las cosas bien. (y también alguien que le ayude a darse cuenta de cuál está siendo su actitud....)


Por eso me gusta esta frase: La persona que se acerca y nos trata mal, la que nos hace la vida imposible, la que genera  conflicto en todas partes, la que nos "traiciona", es la persona que más necesita que la amemos. Porque si actúa así es porque está sufriendo. Y sólo el amor le va a permitir darse cuenta de su propio  dolor. Solo el amor la va a transformar y le va a permitir salir de ese bucle de dolor. Solo el amor puede ayudarle a sanarse


Así que cuando te sientas atacado, traicionado, herido... intenta enviar todo el amor que puedas a esa persona. No te identifiques con su rabia, con su violencia, no pienses que tiene nada que ver contigo. En realidad  es SU propio dolor. Y sólo el amor puede hacerle cambiar.


Y si no puedes soportar la situación (no se trata de convertirse en mártires, el amor al prójimo empieza por el amor y el respeto hacia uno mismo), aléjate, pero no dejes de enviarle tu amor....





lunes, 11 de julio de 2011

Perfecta paz, perfecta alegría


Cuentan que un día le preguntaron a San Francisco de Asís: "¿cuál es la perfecta alegría?" Y él contestó que la perfecta alegría no es cuando todo sale bien, ni siquiera cuando las cosas son como creemos que tienen que ser. La perfecta alegría es, dijo:

"Regreso de Perusa y llego aquí muy de noche y es invierno, con barro y mucho frío, hasta el punto que el agua congelada en el borde de la túnica me golpea las piernas y sangran las heridas. Y lleno de barro, con el frío y el hielo, llego a la puerta y, después de mucho aporrear y llamar, viene el fraile y pregunta: ¿Quién es? Yo respondo: Fray Francisco. Y él dice: "Vete, estas no son horas. No entrarás". Y al insistir de nuevo responde: "Vete, eres un simple y un ignorante; de ningún modo vendrás con nosotros; somos tantos y tales que no te necesitamos". Y yo sigo aún en la puerta y digo: "Por el amor de Dios, hospedadme esta noche". Y èl responde: "No lo haré. Ve al lugar (hospital) de los Crucíferos y pide allí".

Yo te digo que si tengo paciencia en esto y no me molesto, esa es la verdadera alegría "

Parece un poco de locos. Parece un poco de masoquismo, como una exaltación de la pobreza o el sufrimiento. Yo ahora lo entiendo como ACEPTACIÓN. No juzga, y por eso no sufre. Lo intenta hasta 3 veces; pero no trata de cambiar a nadie. Acepta. Acepta que cada uno está en el momento en que está. Que cada uno es capaz de entender apenitas una parte de la realidad. Acepta que las cosas no son como uno esperaba, que la vida "no siempre es justa" (como nuestro sistema de creencias entiende la "justicia"). 


La verdadera paz no es cuando todo está bien en mi mundo, ni la verdadera alegría cuando las cosas ocurren "como tiene que ser". La verdadera alegría no tiene que ver con las cosas de fuera. Es tan solo una actitud interior. Si estás presenciando la destrucción de todos los universos, y a pesar de ello, eres capaz de sentirte en paz y de saber que todo está bien, esa es la verdadera paz. 
Cuando todo en mi vida se tuerce, pero yo me mantengo en paz, tal vez con dolor, pero en paz; cuando todo a mi alrededor parece estar destruyéndose por momentos; cuando lo más importante de mi vida me es arrebatado; cuando todo está mal "a los ojos de los hombres"... si soy capaz de levantar la cabeza, entrar en mi corazón, y encontrar allí la paz, ésa es la perfecta paz. 
Nadie puede darnos (ni quitarnos tampoco) la perfecta paz, ni la perfecta alegría. Es una conquista de uno mismo, que se consigue con paciencia, con entrega, con devoción. Es la tranquilidad del espíritu que sabe que todo está siempre bien porque estamos aquí como en una gran obra de teatro, para poder aprender. Y las lecciones llegan, inexorablemente. Los seres humanos tendemos a aprender a través del sufrimiento, o cuando menos, de los cambios. Cuando todo está quieto, tranquilo, nos acomodamos. Entonces la vida, en su incesante y rápido movimiento, nos propone un nuevo desafío. Si podemos aceptarlo sin perder la sonrisa, entonces estaremos instalándonos en la perfecta alegría, en la perfecta paz.

En el sala de estar de la casa donde crecí había un pergamino en el que estaba escrito: "Todo es para bien por ser voluntad de Aquél que no puede equivocarse". Creo que aprendí a leer con ese pergamino. No entendía qué significaba. Por un tiempo incluso pensé que "la voluntad de Aquel que no puede equivocarse" era casi siempre contraria a la mía, y me enojaba contra ese Dios que hace las cosas aparentemente tan extrañas. Hoy entiendo a Dios de otra manera, muy diferente a cuando era niña. Pero esa frase se convierte cada vez más en mi objetivo, y en mi realidad. Tal vez escrita de otra manera, pero con el mismo significado. Todo está siempre bien. Uno siempre está en el lugar que tiene que estar, haciendo lo que tiene que hacer. Porque si no, la vida se encarga rápidamente de recolocarnos. 


La clave para no sufrir es aceptar. El sufrimiento al final solo es la negación de la realidad, o la negación del presente. Sufro porque no quiero aceptar cómo son las cosas, porque todo lo paso por el cedazo de mis juicios y mis creencias, o sufro porque me proyecto a un futuro incierto en el que no sé cómo pueden ser las cosas. En el momento en que me instalo en la aceptación y el agradecimiento de todo lo que ocurre en mi vida, sabiendo que es siempre perfecto, no dejo de vivir situaciones dolorosas (porque la condición humana es así), pero sí dejo de sufrir. Y lo más importante, encuentro la perfecta paz, previa a la perfecta alegría. Esa que ya nadie puede arrebatarme...

miércoles, 18 de mayo de 2011

TALLER con-CIENCIA Y YOGA - Módulo 2

El próximo sábado día 28 de mayo vamos a hacer el segundo módulo del taller con-CIENCIA y YOGA.
Lugar: centro YOGENA C/ Teodora Lamadrid nº 4 - Putxet (BCN)
Fecha y hora: 28 mayo (sábado) de 9h a 14h
Inversión: 50€

Puedes ver más información haciendo click aquí
Plazas limitadas. Reservar plaza en el  665 089 601 o en carlosm.yoga@gmail.com

lunes, 16 de mayo de 2011

Deseos para un cumpleaños

Cuando tenía 18 años (adolescente para los anglosajones), mi vida espiritual era como la vida de un adulto: comprometida en mi iglesia, con mil responsabilidades sociales, “hijos” a quienes cuidar y acompañar, compromisos en cada momento, reuniones, celebraciones… 
Los años fueron pasando y a medida que mi edad física se hizo adulta, mi edad espiritual se volvió hacia atrás en el tiempo, se fue haciendo adolescente: Empecé una etapa de rebeldía hacia mi vida (para ser honesta, hacia la de todos), hacia el Dios que conocía, hacia el dolor que sentía mi alma, la impotencia, la rabia, el sentimiento de abandono... Y dejé mis compromisos, empecé a buscar, y buscar, por todas partes, probando todo, intentando encontrar mis propios límites, por caminos rectos, por caminos torcidos, todo valía. Cualquier promesa de que todo iba a ser mejor,de que el sufrimiento iba a desaparecer, de que por fin iba a conocer la alegría, la paz, la iluminación, el fin del karma... ,  no importaba si era un camino ortodoxo o "alternativo", llegaron todo tipo de iniciaciones, de lecturas, de experiencias... 
Un día, "el día menos pensado", cuando por fin el cansancio me obligó a pararme, mi verdadero Padre, mi verdadera Familia, pudieron venir a encontrarme. Ese día supe que todo estaba bien, que ya había llegado a Casa, que por fin había encontrado lo que siempre busqué. Y por fin me convertí en una niña. Y como niña, salía a mi "colegio", pero todas las noches de regreso a casa, a ese sentimiento de pertenencia, al amor incondicional en la distancia y en la presencia. 
Y esa niña, a medida que va cumpliendo años, se va convirtiendo cada vez en más pequeña. Y como los niños que recién aprenden a caminar, me agarro a mi Padre-Madre hasta que me abraza y me consuela, y luego me alejo, a seguir jugando y descubriendo esta tierra (también a seguir tropezando), sin perderlo mucho de vista, le saludo en la distancia, voy y vengo,  me acerco y me alejo, segura de que El me está vigilando a cada paso, de que cada vez que caigo viene corriendo a abrazarme, a darme besos en el alma, a cantarme el "cura-sana"... 
Dicen que cuando se soplan las velas de cumpleaños se puede pedir un deseo. Este año he decidido decir en voz alta el mío: quisiera poderme convertir en un bebé, y quedarme tan solo en los brazos de mi Padre, y ya no moverme de allí (so pena de gritar y gritar hasta que me vuelva a abrazar), dejar que me arrulle, que me cante nanas,  que me alimente, que me lleve y me traiga, dejar que mi vida esté en sus manos... hasta que llegue un día en que pueda volver a su vientre, y simplemente vivir allí, una en El, eternamente. 

Gracias a todos los que me acompañáis en esta vida, los antiguos y los nuevos, los que estáis siempre y los que simplemente recordáis mi nombre al escucharlo, bendiciones desde mi amor.
Tana - 13 mayo 2010

martes, 10 de mayo de 2011

NUEVA ACTIVIDAD - BIOCULTURA

Este próximo fin de semana vamos a estar en biocultura en Barcelona
Los días 13 a 16 de mayo ( de viernes a lunes)
- masaje desbloqueante
- gong yoga
- mantra yoga
- información sobre cursos, técnicas, etc
¡¡te esperamos!!
Para más información escribe a carlosm.yoga@gmail.com

lunes, 4 de abril de 2011

10 días para sanar el alma

Viajo. Vuelvo (por fin) a mi amada Colombia, a mi Cali bella.
Allí donde re-conocí a mi familia de alma. Allí donde encontré lo que tanto tiempo llevaba buscando. El camino de vuelta a casa. El regreso al corazón. El regreso a mi propia verdad.
Al lugar donde aprendí a ver el alma que habita cada cuerpo que me encuentro. Al lugar donde aprendí la gratuidad, el amor incondicional.

Han pasado 4 años desde que salí de allí, llena de lágrimas en los ojos pero con el corazón rebosante de paz, con una vida por reinventar. La vida ha sido muy generosa conmigo en este tiempo. Generosa en aprendizajes, generosa en perdón, generosa en sonrisas y en lágrimas, generosa en amor y en desapego, en estirones que jironean el alma... generosa en fin, en VIDA.

Vuelvo, pronto, a pisar de nuevo "el Nuevo Mundo", a reencontrarme con lo que fui y con lo que soy.
Con todo lo que aprendí y con lo que he cambiado.
A reencontrarme con la dulzura, la ternura, la calidez, la belleza.
A descansar mi alma un poquito después de tanta lucha.
Vuelvo como quien sale del agua y toma aliento para volver a sumergirse en el océano.
Vuelvo sin expectativas, con el único anhelo de estar allí, entre tanta gente amada, entre tanta naturaleza exhuberante, entre tanta belleza.
10 días, solo 10 días, suficiente para sanar mi alma. 
Suficiente para seguir recordando quién soy.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Solo el 10% de nuestras células son humanas

Solo el 10% de las células de nuestro cuerpo (humano) son realmente humanas. ¿Y entonces, qué son el resto? El resto son ¡¡BACTERIAS!! Sí, estamos acostumbrados a echarles la culpa a estos pequeños organismos de todo lo malo que nos ocurre, las enfermedades, los síndromes... Intentamos por todos los medios mantener una vida "aséptica", los limpiadores del hogar tienen que ser antibacterianos, debemos protegernos de los microbios... pero ¿¿¿¿seguro que eso es así???? Si tenemos muchas más bacterias en nuestro cuerpo que células... ¿quién marca la separación de qué células son realmente parte de mi y cuáles no?
Las bacterias son absolutamente imprescindibles para la vida, para la del planeta (son las que fijan el Nitrógeno del aire que luego formará nuestras proteínas y ácidos nucleicos), y para las de todas las especies, animales, vegetales e incluso "inferiores". Son responsables del "reciclaje" de los tóxicos, de los restos y "deshechos" que la vida produce en su ciclo, capaces de desintegrar las sustancias más tóxicas y volverlas a convertir en materia prima disponible para la vida. Ellas permiten que muchos organismos puedan sobrevivir: desde los gusanos que viven en los volcanes gracias a la simbiosis de las bacterias, pasando por los cultivos en suelos pobres, y terminando en nuestros propios organismos. Queridas bacterias, la vida no sería posible sin vosotras. Capaces de sobrevivir en los ambientes más hostiles, nos ayudan a los demás a hacerlo. Altruistas bacterias, generosas y colaboradoras. Los organismos más abundantes y diversos que existen en la tierra. ¿por qué los humanos nos empeñamos en echarles la culpa de nuestros males?? ¿no seremos nosotros los que hemos perdido el equilibrio en nuestra propia vida y por eso todo nuestro "ecosistema" está desequilibrado, incluidas las bacterias?? La filosofia de "luchar contra el enemigo" tiene que ir cambiando. No hay enemigo a batir, todos somos parte de lo mismo.
Solo el 10% de tus células son humanas. ¿qué te sugiere esa frase? A mi me sugiere algo que hace tiempo que voy dándole vueltas: ¿por qué me empeño en decir que las bacterias son algo ajeno a mi? Si incluso las mitocondrias de mis células (los motores energéticos) son "bacterias enquistadas que viven simbióticamente con nosotros", con su propio ADN (que también se puede ver como un virus). ¿entonces???? El cuerpo de alguna manera es la estructura, las células humanas conforman tejidos, órganos, sistemas. Serían como la infraestructura de una ciudad. Pero quién forma una ciudad: ¿las casas o los habitantes? ¿O ambos? Si la respuesta es "ambos", estructuras y habitantes, entonces mi cuerpo también está formado por una estructura (células humanas) y unos habitantes (bacterias). Y todo ello es lo que yo soy, un pequeño ecosistema que intento mantener en equilibrio.
Queridas bacterias... sois parte de mi vida, parte de mi cuerpo, parte de todos mis procesos vitales. Ojalá aprenda yo a cuidar mi ecosistema en lugar de entablar una permanente lucha contra vosotras, tal vez de esta manera vosotras podréis seguir permitiendo mi propia vida.

domingo, 6 de febrero de 2011

Detrás de cada sufrimiento hay una creencia

Un día hablaba con mi hermana mayor en el parque, mientras las niñas jugaban. Eran unos días en los que estaba viviendo acontecimientos "extraños", y ella me preguntaba cómo me sentía. Y yo le respondí exactamente la frase que he puesto de título. Estoy bien, me siento en paz. Por momentos, sufro. Pero entonces tengo la oportunidad de observar, porque detrás de cada sufrimiento hay una creencia. No sé si esa frase la han dicho muchas personas antes que yo. Supongo que sí, a menudo me suele pasar que "descubro la pólvora".
Hay acontecimientos en la vida que nos generan dolor. Es propio de la naturaleza "humana" (o terrena) apegarse a las personas, a los lugares, a costumbres... y cuando el universo nos recuerda que la esencia de la propia vida es el cambio, nos cuesta. Nos cuesta separarnos de las personas, nos cuesta "perder", sin darnos cuenta que en realidad tal vez nunca hemos tenido, nos cuesta darnos cuenta de que sólo estamos "de paso". El cambio nos genera estrés y buscamos costumbres, rutinas que nos den seguridad, que nos aporten orden. Pero si observo mi vida, el sufrimiento viene causado siempre por una creencia.
Pongo un ejemplo: una separación. Pienso que no estoy completa en mi misma, pienso y siento que necesito que alguien me contenga, que alguien me complete, que alguien me complemente... y cuando ese alguien se va, me siento sola, desprotegida, abandonada... Pero no es por el hecho de que la persona se vaya, (en este plano temporal sabemos que tarde o temprano eso va a ocurrir); es porque yo creo que no soy un ser completo, es porque creo que necesito ser complementada, es porque no soy capaz de quererme a mi misma lo suficiente como para sentirme plena.
Podría ir desgranando muchas situaciones cotidianas o habituales que nos suponen sufrimiento, y sin duda alguna encontraríamos la creencia (aprendida, por supuesto) que hay detrás. Yo suelo hacer un ejercicio en estos casos: cuando algo me genera ese sufrimiento, cuando algo me quita la paz, me paro a reflexionar. E intento pensar si eso que a mi me está generando dolor, en otra cultura también me lo generaría. ¿existe algún pueblo en el mundo en el que eso es habitual? Si es así, es fácil darse cuenta de que eso es solo una creencia aprendida, que no es algo "real". Con esto no intento justificar cualquier acción, puesto que estoy convencida de que nadie viene a esta vida a ser traicionado, ni a sufrir... creo que venimos a aprender. Y a aprender a desaprender
La única manera de no sufrir (tanto) es tomando distancia de uno mismo, no dejando que el ego nos haga sentir todo en primera persona, no dejar que nos convierta en el protagonista de todo lo que ocurre... tomar distancia, alejarse, mantenerse como el observador de la escena, ver cómo actúo ante esa circunstancia, cómo actúan los demás, no juzgarme ni juzgar a otros, solo observar. Y al tomar distancia uno se da cuenta de que la mayoría de cosas las hacemos y las pensamos porque las hemos aprendido así. Pero en otras culturas no se vive así. Entonces, ¿por qué me va a hacer sufrir algo que no es mío? ¿por qué me va a quitar la paz una creencia? ¿por qué voy a dejar mi felicidad en manos de los convencionalismos sociales? Vine a aprender, a generar conciencia en mi propia vida. Y ocurren cosas que me ayudan a ello. Pero mi vida no es sola, independiente de los demás. Mi "familia de alma" también está aquí conmigo, aprendiendo sus propias lecciones. Y todos participamos de los aprendizajes de los demás. Y eso hace que mi vida a veces sea descabellada, surrealista, extraña, increíble. Algunos aprendizajes de mis hermanos son complicados de asumir. Algunas personas eligen (o necesitan) vivir situaciones que nos ponen contra las cuerdas para poder entender sus propias vidas. Pero si supieras todo el entramado, si conociéramos esa " gran partida de ajedrez", seguro que nos maravillaríamos de ver la perfección en la que las acciones se suceden y nos permiten continuar nuestro aprendizaje, a todos en conjunto. Por caminos comunes. Por caminos extraños. Es imposible dejar de aprender.
Y tengo dos opciones: o tomo distancia, observo e intento aprender.... o me dedico a sufrir porque las cosas no son como yo quisiera que fueran.
Detrás de cada sufrimiento hay una creencia. Puedes seguir sufriendo si quieres. O puedes intentar ir quitándote poco a poco esas creencias... para ser cada vez más libre y más feliz. Eso no te hará más indolente, ni te hará más libertino. Simplemente te alejará del juicio, de la necesidad de clasificar continuamente todo como "bueno" o "malo". No te hará más insensible. Tal vez te haga más sabio.

jueves, 27 de enero de 2011

MUDANZAS

Ha comenzado el año con cambios... que son siempre bienvenidos pues todo cambio trae consigo nuevos aprendizajes. El primero de los cambios ha sido de domicilio. Aunque ahora sigamos rodeados de un bosque de cajas (y ya sabemos que el desorden externo colabora al desorden interno, y viceversa) me siento muy feliz por ello. Nuestro nuevo lugar de residencia es más luminoso y más tranquilo, en un barrio más abierto, más luminoso y ventilado también (¿más frío?) y mucho más soleado. Esta tarde estuve por última vez en el anterior piso. Fui a recoger las últimas cosas que quedaban, apenas algún detalle, y a dejarlo bien limpito. Mientras barría las habitaciones me acordaba de mi sorpresa cuando, el último día de vacaciones, mi madre insistía en dejar bien limpia toda la casa. "¿para qué?", pensaba yo, "si para cuando volvamos, dentro de 11 meses, se habrá ensuciado muchísimo". Bueno, pues para dejarla limpia, para marcharte habiendo hecho el trabajo...
Terminada la limpieza, me quedé mirando el espacio. Me parecía casi imposible que entre esas cuatro paredes hayamos podido construir un hogar. Paredes desnudas ahora llenas de agujeros, de cicatrices, ¡¡de huellas de vida!!
Y entonces ocurrió uno de esos pequeños "milagros" cotidianos. Cerré los ojos, dejé de fijarme en los agujeros de la pared, en las ausencias que dejaron todas nuestras cosas ya fuera de allí... Y al cerrar los ojos, pude sentir todo el amor que todavía se respira en ese espacio vacío que conforma lo que llamamos hogar. Porque al final, una casa es el espacio vacío entre cuatro paredes y un techo...
Esa casa estaba llena de amor, de Amor. Todos los que han entrado en ella lo percibían. "qué bien se está aquí", decían, aun cuando las condiciones dejaban bastante que desear. Pude, en ese rato, sentir todas las presencias amorosas que nos acompañan, pude re-sentir tantos momentos mágicos, maravillosos, dolorosos, tantos miedos como bendiciones, (miento, más bendiciones que miedos) Y allí me quedé, cantando el Gayatri Mantra, agradeciendo todo lo vivido. Perdí la noción del tiempo. Al cabo del rato, volví en mí. Estaba tan llena de amor que me di cuenta que en el nuevo piso apenas entramos, descargamos las cosas y empezamos a  hacer agujeros en la pared para colocar el armario que nos permita ir deshaciendo el bosque de las cajas. Puse una foto del Maestro, encendí una velita, pero todavía no había "saludado" al nuevo lugar. No me había parado ni siquiera un instante para "presentarme" a las presencias que siempre habitan los lugares y agradecerles que los cuiden. Así que cerré los ojos para poder sentir mejor, y comencé a saludar... Y todo el amor del universo se unió a mi saludo. Y poco a poco estas cuatro paredes se empiezan a convertir en un nuevo hogar.
En los últimos 20 años no he estado más de 4 en el mismo lugar. Curioso para una tauro. No es una estrategia de vida, no es algo premeditado, simplemente ha ocurrido así.
Cada mudanza me ayuda a no acumular, a revisar lo que tengo y lo que necesito, a recordar momentos, regalos, ocasiones... Cada mudanza me ayuda a recordar que al final, estamos aquí solo de paso. Cuentan que en una ocasión un hombre rico fue a visitar a un gran maestro. Y al llegar a su casa vio que apenas tenía más que una mesita y un banco.Y le preguntó:
-¿dónde están sus muebles?
- ¿y dónde están los suyos?, le contestó el maestro
- yo no tengo, estoy aquí solo de paso.
Y el maestro contestó: "yo también"

jueves, 13 de enero de 2011

Taller Kundalini Yoga y la Energía

Empezamos el año haciendo el taller, esta vez en Mataró


Si quieres más información, pincha aquí

SÁBADO 15 ENERO 2011 -  de 9h a 14h. -  MÓDULO 1
SÁBADO 12 FEBRERO: - de 9h a 14h - MÓDULO 2
LUGAR: Centro AIRE DE LUZ   - C/ Sant Cugat nº 53 - Mataró
Plazas limitadas. Reservar plaza en el 665 089 601

También puedes ver vídeo en:
- módulo 1 : información
-modulo 2: emociones