miércoles, 20 de octubre de 2010

CUANDO SEA SOLO UN SUEÑO....

El otro día tuve un sueño. Últimamente sueño mucho. En esas horas del amanecer, el velo se hace más fino y todo tipo de historias aparecen en mi cabeza. A veces los sueños se repiten, hasta que consigo entenderlos, y entonces desaparecen. Pero el del otro día fue un sueño diferente. Viví una vida entera, y estaba ya viejita, rodeada de mis seres queridos, en mi lecho de muerte. Y al morir en esa vida, desperté en esta. Y me di cuenta de que había vivido una vida entera en tan solo unas horas (¿o unos minutos?). Una vida real, que podía recordar, llena de sufrimientos y de alegrías, llena de aprendizajes, llena de amor… Y al despertar pensé: tal vez, dentro de unos años (¿o de unos minutos?) despierte de este sueño que creo que es mi vida, y tal vez me dé cuenta de que este tiempo han sido apenas unos minutos de sueño en otra vida, en otra conciencia… Tal vez esto que creo vida es tan solo un sueño del que despertaré… Y de pronto deseé profundamente despertar, no porque
mi vida sea en absoluto una pesadilla.
Los que me conocéis mejor sabéis que mi vida está llena de VIDA. Deseé despertar simplemente porque me di cuenta de que esta realidad es tan solo un sueño. La realidad que creo amar y la que me hace sufrir, el día a día que se me llena de anécdotas, todo, es solo un sueño del que me propongo despertar.
A los pocos días de mi sueño, ví la película “ORIGEN”. Me impactó mucho porque era parecido a lo que había soñado: vidas anidadas dentro de sueños. ¿y si fuera así de verdad? También uno de los personajes confundió el sueño con la realidad, como nos ocurre a nosotros, o al menos, a mi. Cada día creemos despertar de un sueño en la mañana, y empezar con nuestra vida… Sin embargo, cada vez más siento que esta vida no es real. ¿Por qué? Independientemente de que los maestros hablen de “maya” como la eterna ilusión, descubro que hay otros instantes en mi vida en los que sí me siento real, en los que sí siento que la VIDA está en mí. Y cuando salgo de esos instantes y vuelvo al ruido, a la prisa (o al canto de los pájaros y la belleza de las flores), siento que hay algo en todo ello que no es del todo real, mientras una Presencia silenciosa y sonriente se esconde detrás de “mi mundo”. Solo cuando me siento, en silencio, en mi pequeño “meditatorio” (lugar de meditación), solo ahí sí sé que soy real. Ahí puedo sentir el Amor que me rodea y me inunda, ahí siento que todo está bien, que estoy en paz con el mundo, que nada de fuera es real, tan solo la Presencia Amorosa en la que me fundo, que todo es tan solo un juego, una manera de aprender. En ese espacio puedo ver mi vida en perfecto orden, puedo ver la sucesión de eventos y puedo ver que no vale la pena tomarse a uno mismo tan en serio, porque es tan solo un aprendizaje. Veo mi vida y la de los que me rodean como un gran juego de estategia, observo cómo llegan a mi vida y cómo desaparecen personas y situaciones y los cambios que me producen. Me observo en situaciones extrañas, esperpénticas, imposibles… Pero, ¿cómo no va a ser así, si todo es un sueño?? ¿Quién no ha soñado cosas “imposibles”? Y cuanto más me doy cuenta de que esto es un sueño, más cosas imposibles ocurren en mi vida…
Y sin embargo, todavía algo me impulsa a salir de mi “meditatorio”, algo me impulsa a seguir en este mundo, a seguir curioseando, … y también a volver a sentarme, en silencio y seguir recordando realmente quién soy.

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