domingo, 31 de octubre de 2010

El perdón

Hoy estaba de nuevo hablando con una persona y salió el tema del perdón.
-tengo que perdonar - me decía.
Y yo le pregunte ingenuamente
-¿a quién?
-pues a mi marido, obvio
-¿y eso cómo se hace? ¿cómo se perdona?
Entonces esa persona se quedó mirándome, como si no entendiera mi pregunta.
- Sí, explícame, ¿cómo piensas hacerlo? ¿y cómo sabrás si ya has perdonado o no?
Bueno, ahí empezó lo bueno. ¿qué significa perdonar? ¿que soy tan buena, tan buena, que aunque me hagas daño no me importa? Bueno, eso me parece más bien una mezcla entre un ego un poco grande y una falta de autoestima todavía mayor (aunque parezca mentira, no son incompatibles!!)
¿y a quién tengo que perdonar? ¿a la persona que con inconsciencia me hiere? ¿o a mi por permitirlo? Igualmente me parece que el perdón lleva un juicio intrínseco: lo bueno vs lo malo...
¿y si no perdonamos? ¿y si no juzgamos?
¿y si simplemente intentamos aceptar la realidad como es, aceptar a los demás como son, e intentamos escoger en cada momento lo que consideramos mejor? tal vez no haya entonces que perdonar...
Además, si analizo lo que realmente ocurre cuando alguien me hiere, y soy honesta en ello... descubro que esas cosas que me hieren tienen más que ver conmigo que con el otro... Me explico: me siento traicionada (y me duele) porque puse muchas expectativas en la otra persona y no las pudo cumplir. Me siento engañada (y me duele) porque pensé que las cosas eran del color que yo las veía, y resulta que el otro las ve de otra manera y actúa de otra manera. Me siento decepcionada (y me duele) porque pensé que podía confiar tanto en tí que podía pedirte incluso lo que yo no soy capaz de hacer,...
Y así podría seguir varios párrafos más. Pero creo que no hace falta. Descubro que en la raíz de mi sufrimiento solo hay una cosa: UNA CREENCIA. Sufro porque mis creencias me dicen que la vida debería ser de una manera, y luego me encuentro que es de otra. Mis creencias dicen que deberíamos actuar de una forma, pero me encuentro con personas con otras creencias que creen que deberían actuar de otra... Entonces, nada de fuera es lo que me hace sufrir, solo es la interpretación que mi mente hace de las cosas que ocurren.
Y en las cosas más "obvias" es donde más "obvias" están también las creencias...
No digo que uno se maneje con libertinaje, sin referencias... Simplemente me he dado cuenta de que observar qué me hace sufrir es una buena manera de ponerme delante de mis propias creencias, y de revisarlas, y ver si realmente son tan "verdaderas" como mi mente aprendió a creer. Porque tal vez pueda prescindir de ellas. Hay creencias muy tontas: "si te vas a dormir con el pelo mojado te vas a resfriar", fue una de ellas, que arrastré por años... Otras más sofisticadas... NO importa.
No solemos enfadarnos cuando un bebé (sobre todo si es de la familia) nos rompe un jarrón que estaba demasiado al alcance... porque entendemos que tiene que aprender a caminar y es parte del juego,...pero sí nos duele cuando una persona en su aprendizaje nos rompe algún pequeño jarrón del alma... sin enteder que todos necesitamos aprender a caminar también.
Por eso, hoy pienso que la palabra perdón no existe más en mi vocabulario. No tengo que perdonar a nadie ni a nada, porque además no sabría cómo hacerlo. Ni sabría como saber si ya lo hice... Y ya ni siquiera quiero pensar en lo que puede ser "poner sobre los hombros del Maestro (con el nombre que tenga) tu dolor", porque si ni siquiera acepto la responsabilidad de mi propia vida, de mi propia encarnación...¡¡voy a sufrir mucho de verdad!!! Simplemente trato de observar cómo me manejo en la vida, si sufro miro qué creencia me está haciendo sufrir, qué expectativas puse sobre los demás, o sobre las circunstancias, con qué filtro estoy interpretando la realidad. Porque eso es lo que realmente me hace sufrir. Los demás, los demás son solo el espejo en el que me puedo mirar esas partes de mí que no veo, son la estrategia de la vida para que pueda seguir aprendiendo cada día, y también los hermosos compañeros que hacen la vida más risueña...

No hay comentarios:

Publicar un comentario